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Ariana Beilis 

Sabotaje
objeto site specific
120 cm x 150 cm  
2018 
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Pieza exhibida en Residencia Comunitaria III , Curatoría Forense  - Bs.As.

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Homenaje a los proyectos artísticos de Las Toscas (Lincoln - Bs. As.) por expandir las fronteras culturales su comunidad, en especial a la labor creativa de batucada Pa’ lo Borracho, el taller de bordado/costura de Mirta Salas y al bar cultural Pinar de Rocha II.
 
Sabot es una palabra francesa que significa zueco y sabotaje era cuando los obreros, a modo de protesta, trababan los engranajes las máquinas metiendo sus sabots, para detener la producción fabril. Amalaya el andar de las alpargatas con lentejuelas y el de todas las expresiones artísticas y colectiva de los sectores populares! Sean éstas el sabot en los engranajes del modelo agroexportador argentino. 

(texto del cuaderno)

SABOTAJE

Trabajo de residencia de Ariana Beilis junto a la comunidad de Las Toscas

 

I

Por un camino de tierra, que corre paralelo al tendido ferroviario,  se ingresa a Las Toscas. Lo primero a la vista fue la Escuela Primaria N° 16 y frente a ella, los entonos de cultivo y de crianza de animales de la Escuela Secundaria con orientación agraria.

El pueblo está conformado por nueve manzanas y frente a la plaza central se ubica la Delegación Municipal. Allí comencé mi recorrida por las instituciones locales. Era miércoles a medio día así que la siguiente parada fue el comedor escolar. Me recibieron les niñes de la Esc. primaria.  Recuerdo que entre susurros y risas me contaron que querían escapar y explotar la escuela.  En La Toscas  las escuelas son de doble escolaridad, lo que garantiza a sus concurrentes tres comidas diarias. Las jornadas se extiende a 8hs. de cursado en el nivel primario y 10hs. en el secundario.

Luego conocí la iglesia, la sala de primeros auxilios, el club social y deportivo, el jardín de infantes,  la escuela secundaria y el EMPA. Durante los primeros días de mi estancia en el  pueblo tuve el gusto de compartir numerosas charlas con vecinas y vecinos que generosamente me contaron sus historias de vida en Las Toscas. Yo buscaba conocer algunas cuestiones que fuesen transversales a toda la comunidad. En ese sentido relevé tres deseos compartidos: Uno, la vuelta del ferrocarril para el traslado de mercaderías y para la comunicación con el resto del país. Dos, la pavimentación del camino de acceso al pueblo y su conexión con la ruta para disminuir el tiempo de viaje, posibilitar el ingreso de buses y mejorar su seguridad vial. Y tres, la reapertura del club social y deportivo Las Toscas; espacio público de gestión privada que actualmente permanece sin actividades abiertas a les pobladores.

Pensé entonces que el deseo de vinculación atravesaba todo el pueblo, tanto como el deseo de permanecer en aquel territorio.

En función del deseo de vinculación que había relevado, comencé a bocetar un intercambio postal entre las localidades Las Toscas Buenos Aires y Las Toscas Santa Fe. Usuarios del correo me habían contado que habitualmente las cartas enviadas a Las Toscas se cruzaban por error. El tema propuesto para el lazo epístolas sería los emblemas oficiales de cada lugar, ya que ambos símbolos fueron, respectivamente, construidos por sus comunidades, de manera colectiva y en ocasión sus centenarios. La narración recíproca de los elementos que componían aquellos emblemas permitiría revisar la representación de la identidad en cada territorio.

En cuanto al deseo de habitar y permanecer en aquellas tierras trabajaba el sistema educativo formal de Las Toscas,  orientado exclusivamente a las labores agrícolas. Las jóvenes generaciones reciben capacitación técnica en la fuente laboral más desarrollada en la región: el trabajo agrícola y ganadero, en el que se desempeñaban en su mayoría hombres. La docencia y en menor medida el comercio, son las plazas laborales ocupadas principalmente por mujeres. Un condicionante es que para acceder a dicha formación pedagógica es necesario acudir a las ciudades más cercanas, Lincoln o Junín, aproximadamente a 100 km de distancia.

Debido a la limitada oferta formativa y laboral, estos pueblos que prosperaron junto a la llegada del ferrocarril, tienden a desaparecer. Les jóvenes migran en busca de opciones cuando su interés no está vinculado a la producción agrícola.

Parecería que Las Toscas opera en una dirección demarcada por su necesidad de subsistencia. Las familias se afincan, para trabajar en el campo y la educación está orientada a la agricultura para garantizar que sus pobladores tengan trabajo en el área local sin necesidad de migrar. No existen espacios formativos oficiales que profesionalicen inquietudes por fuera del conocimiento agropecuario. Dicha estructura es una imposición económica del extractivismo neoliberal, antes que un apego a la tradición regional. Sin embargo, esta especialización es la estrategia paradójica que asegura una densidad poblacional que habilite la llegada de partidas públicas para educación y salud, a personas (familias que trabajan empleadas en las estancias) que sin pueblos intermedios a las grandes extensiones de cultivo y las ciudades, quedarían al margen de estos derechos.

Me pregunté qué posibilidad de disidencia hay en un pueblo. Si bien, en las ciudades la desigualdad es injustamente estructural, así también las disidencias se organizan y se refugian en grupos. ¿Cómo reinterpretar la frase del monumento en la plaza de Las Toscas que en bronce dice: -...unión y prosperidad…-, como diversidad y convivencia?

 

El emblema de Las Toscas (Bs. As.) tenía muchos elementos relacionados a la producción agrícola, aunque ninguno en vinculación a las comunidades indígenas que habitaron la zona antes de que el genocidio a cargo del Gral. Julio Argentino Roca los exterminara y desplazara. A pesar de esto, es uno de los únicos pueblos del partido de Lincoln que no llevan el nombre de algún colono extranjero. La comunidad de Las Toscas decidió nombrarse por su suelo, por la característica de su suelo. Esas piedras calizas que se encuentra debajo de la primera capa de tierra fértil y que son usadas para afirmar el camino de arena que une el pueblo con la ruta asfaltada más cercana.

Reparé en la negación de la otredad, en la nula presencia de comunidades indígenas en el relato histórico de la zona, como la primera disidencia cercenada en Las Toscas.

Otro boceto de obra fue completar con piedras toscas grabadas, la base del monumento al emblema de Las Toscas, ubicado en la plaza Centenario. Las piedras llevarías el nombre de la persona o colectivo que cada vivienda del pueblo desease homenajear. Este gesto pretendía revisar la construcción de la historia local, poniendo en dominio público el poder de homenajear.

 

II

El domingo a la tarde fui a la plaza porque escuché  unos tambores cercanos. Era el ensayo de la batucado Pa´ lo Borracho, que a partir de las 20 hs. llenaba de música la manzana y luego recorría las calles circundantes. En su cuerpo de baile y entre sus instrumentistas incluía a más de 30 niñas, niños, jóvenes y adultos de Las Toscas y pueblos aledaños

Una costumbre acordada en el pueblo, es que en la calle nadie toca lo que no es suyo, luego nadie se apropia del espacio público. Pero el territorio siempre está ocupado, siempre es un espacio en disputa. Así como los pobladores de Las Tocas disputan la dignidad de su lugar al avance de los terrenos destinados exclusivamente al desarrollo agropecuaria, la batucada se apropiaba del espacio público proponiendo una acción que nada tenía que ver con la vida agrícola, promoviendo una actividad no productiva. De manera colectiva, un ritmo brasilero era tocado como propio, el espacio de tránsito era habitado y convertido en lugar de permanencia y danzas.

En uno de esos ensayos mencionaron las alpargatas con lentejuelas que habían usado en años anteriores, como vestuario en los corsos en los que representaron al pueblo de Las Toscas. La imagen fue, para mí, tan contundente como sincrética. Un elemento típicamente asociado con el trabajo de campo era desvinculado de su función en un sistema productivo para ser re funcionalizado como ornamento. Las alpargatas eran re contextualizadas a través de uso otro, en un mismo territorio.

Consideré homenajear a la batucada a través de la construcción de un gran par de alpargatas con lentejuelas. Esa idea me llevó a trabajar con el taller de costura y bordado, conformado por mujeres que se reunían para compartir estas labores. El taller funcionaba en Pinar de Rocha II, un bar que prestaba sus instalaciones a distintas propuesta culturales: música en vivo,  talleres de inglés, danza, teatro y  pádel. Este espacio comenzó a funcionar a mediados de los 90. Por entonces Rocha, dueño del lugar, traía películas desde Lincoln para proyectarlas en Las Toscas e invitaba a vecinas y vecinos a compartirlas.

El emplazamiento final de las alpargatas debía ser en el Bar cultural de Rocha, allí donde se encontraban la paisanada con la juventud y el deporte con el bordado.

Una anécdota fue cabal para cerrar la obra, la historia de la palabra sabotaje. Sabot es una palabra francesa que significa zueco y sabotaje era cuando los obreros, a modo de protesta, trababan los engranajes metiendo sus sabot dentro de las máquinas para detener la producción fabril.

¿La batucada Pa´ lo Borracho, conformada también por trabajadores del campo, operaba acaso como un sabotaje al sistema agrario? Resolví que sí, porque a través del arte promovían una forma colectiva de habitar el territorio, muy distinta de la hegemónica. Y su presencia en las calles hacía visible la diversidad de anhelos en Las Toscas.

Las alpargatas, de un metro de largo, fueron presentadas en el marco de los festejos por los 114 años de la fundación del pueblo. En esa ocasión se exhibieron junto al mástil de la plaza central, donde la batucada se reunía a ensayar. En ese espacio, el piso de la plaza, alrededor del mástil, pinté los pasos de baile de la batucada de tal manera que pudieran seguirse. Esta actividad la realicé con la colaboración de les niñes que integraban Pa´ lo Borracho. Posteriormente quedaron expuestas en el hall de ingreso de Pinar de Rocha II, acompañadas por su cédula informativa y un cuaderno que contiene éste texto y algunas fotos, a disposición en el mostrador.

 

 

 

Ariana Beilis

Noviembre de 2018

 

 

CÉDULA: (acompaña el emplazamiento de las alpargatas)

Sabotaje

2018

 

Homenaje a los proyectos artísticos de Las Toscas, por expandir las posibilidades interpretativas y expresivas de su comunidad. En especial a la labor creativa de batucada Pa’ lo Borracho, el taller de bordado/costura y al bar cultural Pinar de Rocha II.

Obra realizada por Ariana Beilis junto a la comunidad de Las Toscas, Lincoln Bs. As., en el marco de la residencia Comunitaria III, de Curatoría Forense y Asociación Cultural Lincoln. 

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