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No somos pocos, es que estamos dispersos.

performance

(2014-2015)

   Es una obra performática e interactiva que utiliza un traje, de tela elástica con múltiples extremidades, como dispositivo para poner en contacto físico a las personas. Condicionando el movimiento individual de cada cuerpo a la voluntad motriz colectiva y re configurando la gestualidad de los cuerpos junto a la percepción que sobre sí tienen.   La masa antropomórfica azul se muestra como metáfora exagerada de los vínculos sociales que entraman a los individuos, para volverlos visibles, contundentes e inquietantes. Si los cuerpos subjetivados se hicieran cargo de esa trama, ¿Cómo serían?

 

Esta obra está compuesta por un traje de licra azul (de 2,5mt de largo, 1,40mt de alto y 50cm de ancho);  en el que entran hasta cinco personas a la vez. Su confección permite acceder al interior de la prenda por debajo y cuenta con ocho mangas para brazos, ocho mangas para piernas y cuatro cuellos para ubicar las cabezas.

Mediante el uso grupal de la prenda, esta performance propone repensar cómo se configuran nuestros cuerpos subjetivados en las sociedades individualistas.  Volviendo vivencial el desafío de ceder el control del cuerpo individual a la voluntad motriz del cuerpo colectivo y estimulando la reciprocidad entre los participantes para logar el movimiento.

 

 

 

Crónicas y fotos:

Uso terapéutico del traje:

  En estos tiempos, donde se  prioriza la construcción de un mundo individualista, sujeto de la modernidad; nos surge la idea de  un “cuerpo/masa” a partir de un elemento lúdico: un “traje de lycra azul”, como cuerpo social que nos contiene y consume.

 

  La sociedad como esa otra piel, la piel colectiva. Intentamos experimentar a partir de este elemento lúdico, un “traje de lycra azul”, que viene a proponer un artificio como membrana permeable que permite el paso de flujos de adentro hacia afuera y viceversa; para poder  reconstruir, para rearmar, para resignificar aquellas situaciones que nos atraviesan y nos afectan cotidianamente (como viajar apretados en el bondi, caminar por la calle llena de gente, manejar en la ciudad, etc.).

  “De lo que se trata es de desmontar máquinas, de analizar sus flujos y los cortes de los mismos, las conexiones de sus partes. Acto de deconstrucción con la finalidad de construir un nuevo acto singular. El deseo de otra producción de subjetividad, menos alienante, más llena de vida”.

 

 

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